Declaración de
Independencia de los Estados Unidos de América. Jefferson, 1776.
“Consideramos
evidentes por sí mismas las siguientes verdades: todos los hombres han sido
creados iguales; el creador les ha concedido ciertos derechos inalienables;
entre esos derechos se cuentan: la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad. Los gobiernos son establecidos entre los hombres para garantizar
esos derechos y su justo poder emana del consentimiento de los gobernados. Cada
vez que una forma de gobierno se convierte en destructora de ese fin, el pueblo
tiene derecho a cambiarla o suprimirla, y a elegir un nuevo gobierno que se
funde en dichos principios, y organizar sus poderes en la forma que a su juicio
sea la más adecuada para alcanzar la seguridad y la felicidad. (...).
Cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, tiene el pueblo el derecho, tiene el deber de derrocar ese gobierno y establecer nuevas garantías para su futura seguridad (...).
Nosotros, los representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso general (...) en el nombre y por autoridad del pueblo, solemnemente publicamos y declaramos que estas colonias son y de derecho deben ser Estados Libres e Independientes; que se consideran libres de toda unión con la Corona británica.”